58 Seminci | Segunda Crónica



Segundo día de festival y dos proyecciones muy distintas por ver, Presentimientos de Santiago Tabernero, una de las películas españolas que compiten en la Sección Oficial y por otro lado The Rocket la elegida por Australia para competir en los Premios Óscar.

A las doce nos dirigimos con ilusión al Calderón. No voy a mentiros, Presentimientos no me daba buena espina pero, oye, ¿cuántas veces hemos pensado que una película no nos iba a gustar y finalmente nos ha acabado convenciendo? Me siento en la butaca a esperas de que empiece la proyección. Antes del filme se proyecta un cortometraje a concurso, Nadador de Dani de la Orden, director de la feel-good movie española Barcelona, nit d’estiu de la que ya os hablamos en este blog (aquí).

Un niño de 14 años sale de su clase de natación, ve a la chica que le gusta y por ella decide volver a tirarse una y otra vez al agua para aprender a saltar de cabeza. En uno de esos saltos pasa todo el futuro por su cabeza, vemos como su vida va avanzando sin perder la figura, física, del niño. Resulta un contraste muy interesante el verle, por ejemplo, casado con una mujer de edad adulta y él, con sus 14 años, vestido con traje y luchando por un matrimonio que no funciona. Un cortometraje muy sencillo pero también muy original y que, como hacía Barcelona, nit d'estiu, te deja una sonrisa en la cara.

Dani de la Orden, director de Nadador


Pena que esa sonrisa durara poco. Empieza a proyectarse Presentimientos, vemos a una hermosa pareja formada por Marta Etura y Eduardo Noriega. Su matrimonio ha caído en la rutina y deciden realizar una escapada para intentar dar vida a su relación. Llegan a un apartamento y una serie de catastróficas desdichas (yo hubiera títulado al largometraje así) empiezan a sucederse. Que si no has traído la comida para el niño, que si tengo un accidente de coche, luego mi marido no me coge el móvil, ahora me bajo un segundo del coche a ver qué pasa y de repente un encapuchado aparece de la nada, abre la puerta del copiloto y me roba el bolso, después me quedo sin gasolina, aparezco en una discoteca con letras luminosas al estilo burdel, ahora tengo suerte y un desconocido me besa locamente... Vamos, lo que nos pasa a todos un día normal. La película, basada en la novela homónima de Clara Sánchez (reciente ganadora del Premio Planeta), va mostrando la realidad y una especie (sí, “especie”) de sueño paralelo, jugando con el espectador. Los personajes aparecen en ambas líneas argumentales, algunos incluso travestidos. Ponemos a una mujer patillas y la pintamos la cara con Cola-Cao y tenemos un agente de policía. Santiago, sin acritud, hay policías mujeres, no era necesario ésto. ¿Y qué os cuento de Eduardo Noriega? Aparte de que es coguionista de la película, su personaje es un pijo con un humor cutre a más no poder. Etura divina, corriendo por todo el pueblo con taconazos y un vestido rojo maravilloso que coge de un armario ajeno y que, oye, reconozcámoslo, le queda como un guante. Es muy buena actriz, sí, pero por muy bien que interprete no logra levantar una película que cojea por todos los lados.

Cuando veo este tipo de películas me pregunto seriamente ¿por qué? Si yo fuera parte del equipo y viera el filme me daría cuenta de que realmente no hay por donde cogerla. Aún no he leído una crítica buena, algún “entretenida” sí… bueno, si acabas tomándola a risa como hizo gran parte de la sala (la película provocó constantes carcajadas de bochorno entre la prensa allí presente) puedes disfrutarla. Colabora en su producción TVE, así que sí, estamos hablando de esa que estáis viendo en los canales de la televisión pública cada vez que hablan de la Seminci. No sé si he sido cruel pero no me gusta ni que se rían de mí ni perder mi tiempo. Tengo el presentimiento de que la olvidaré pronto… de hecho, lo voy a hacer ahora mismo.



A las 16.30h en la sala A del Roxy se proyectó la australiana The Rocket. Sala llena, al igual que la noche anterior cuando se estrenó a las 22.30h. Supongo que tiene que ver que sea una apuesta fuerte para el Oscar a Mejor Filme Extranjero y que triunfase en festivales como la Berlinale.

Se trata del primer filme de Kim Mordaut, quién no sólo dirige sino que también firma el guión. La historia se centra en una familia que habita en Laos tras la guerra del Vietnam. Se ven obligados a abandonar su aldea debido a que en el territorio en que se encuentra se va a construir una presa. A mano del niño protagonista, Ahlo, personaje al que es imposible no querer, y de la nueva amiga que ha encontrado en su nuevo “hogar”, Kia, nos adentramos en una historia que deja atrás el drama y que consigue mantenernos con una sonrisa en la boca durante todo el metraje. Los amigos comienzan la construcción de un cohete para un concurso local y conseguir así dinero para lograr ayudar a sus familias. Cierto es que es algo predecible pero visualmente resulta una maravilla y es imposible no abandonar la sala cargado de buen rollo y sonriente. No me parece una apuesta muy sólida para los Oscar compitiendo, por ejemplo, con Dinamarca y su La Caza pero sí creo que será una película que va a dar mucho que hablar.

Terminamos el día con buen sabor de boca y con ganas de encontrar algo en la Sección Oficial que nos convenza más. Mañana os contamos si ya vamos teniendo alguna favorita para la Espiga de Oro.

redactora enviada a la 58 Seminci

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