Conexión SEFF | Venganza y pasión al ritmo de bluegrass


Ya queda menos para terminar esta décima edición del Festival de Sevilla de Cine Europeo. En los últimos dos días de películas, pudimos ver filmes que proponían un gran debate y que constataban que ésto aún no había terminado. Hoy os hablaré de tres de esos filmes: Michael Kohlhaas, Alabama Monroe y la ganadora del Giraldillo de Oro: El desconocido del lago. Venganza, bluegrass y pasión.

Si os digo lo que me gusta Mads Mikkelsen no conseguiré sorprender a nadie. Es uno de los actores de moda en las redes. Ya dejo su marca en Casino Royale, pero poco a poco ha abriéndose hueco hasta finalmente lograr ganarse al público, propios y extraños, con filmes como La Caza o la serie estadounidense Hannibal. Esperemos que no se trate de una moda y se erija finalmente como el actor consagrado que merece ser. Pese a éste indudable aliciente, Michael Kohlhaas, la película que protagoniza, acaba por demostrar lo manido que resulta el género histórico y más concretamente el subgénero de historias de venganzas con un subtexto y contexto clásico.



Aparentemente se trata solo de un ejercicio que repite los esquemas de las adaptaciones novelesco-épicas y una disección superficial de un personaje, héroe, con unos ideales muy arraigados. Quizá el apartado más interesante del filme es el dilema ético que propone una paradoja en la que, por un lado, se habla de como la violencia no es la solución para resolver los problemas pero también se muestra como el poder obvia los levantamientos pacíficos que no suponen amenaza pero están dispuestos a, de algún modo, negociar cuando se toman las armas. Todo ello en un contexto medieval que no deja por ello de hacernos pensar que la historia es de vibrante actualidad.

La ambientación está realmente conseguida, centrándose y situándonos en unos paisajes de gamas oscuras. También las interpretaciones, el casting, resultan muy notables y verosímiles desde el propio Mikkelsen hasta el pequeño cameo del siempre impecable Denis Lavant. En todos estos aspectos aprueba con creces, pero la excesiva duración de la película y la confusión del director al intentar mantener un ritmo apagado que se torna a insufriblemente lento, un estilo más propio del cine de autor y un tono épico-filosófico lastran al conjunto. Michael Kohlhaas es un arma de doble filo:  por una parte son patentes las grandes ideas que no dejan de influir en el resultado final y que hacen meditar sobre diversas cuestiones al espectador, pero por otra su ritmo y la búsqueda de un tono que no termina por cuajar acaban por convertirla en una película formalmente fallida. Después de sus dos horas, es cuestión de sí el espectador logra conectar con ella, de si prefiere quedarse con lo bueno, con su fondo e intenciones, o con lo malo, aquello meramente, pero no por ello insustancial, formal.



En la mayoría de la selección EFA me he encontrado películas muy interesantes como Borgman o Le Congrès, que se han convertido en lo mejorcito del festival para un servidor. Con la llegada de Alabama Monroe al público español parece que viene para quedarse. El largometraje de Felix Van Groeningen se basa en una idea tan simple como la historia de amor pasional entre dos personas: ella tatuadora y él bajista de un grupo de bluegrass.

La obra se divide en tres partes gracias a un montaje que salta desde el origen de la relación amorosa entre los dos protagonistas y el desarrollo pasional posterior de la misma hasta el terrible presente y el desolador futuro de su hija y de la pareja. El montaje funciona a la perfección como conductor a nivel narrativo para desarrollar los personajes y explicar la historia al espectador, siendo los flashbacks un perfecto recurso para mostrar lo que llegaron a ser los personajes, lo que ayuda a empatizar con ellos, y para dotar de mayor relieve a las personalidades melancólicas de la pareja en el presente que relata, funcionando tal y como recuerdos. Con y por todo ello resulta normal e incluso lógica la comparación con su pariente cercana estadounidense Blue Valentine pero rompiendo una lanza por el filme belga, hay que destacar que mientras que la película de Derek Cianfrance buscaba la complicidad del público con los personajes, creando unos personajes de cero, casi sin moldear y que funcionasen como espejos para que el espectador reflejase en ellos sus miedos, anhelos y traumas, Alabama Monroe no necesita ni hace algo así sino que opta por crear unos personajes que se sienten reales y que esconden una personalidad propia, logrando también captar y empatizar con el público sin trucos ni artimañas de guión.



La película no se limita a tratar superficialmente la historia de amor sino que, además de ahondar en ella, trata también temas como la música o la fe. La música funciona como acompañante a la historia, con una banda sonora que contiene canciones realmente buenas, y también funciona a nivel narrativo como una luminosa voz interna de los personajes. Todo ello compuesto de una manera estupenda sin que nada chirríe. En cambio la fe resulta un arma, un recurso, de doble filo, puede chirriar el discurso de las dos personajes que se desarrolla de manera bastante contundente y explícita, mostrando los dos extremos de la fe y criticando, o más bien poniendo en duda ambas partes. Pero éstas reflexiones parecen algo puestas con calzador a fin de dirigir la atención hacia un grandilocuente final, función, la de detonante argumental, que no cumplen. Pese a ésto, en conjunto Alabama Monroe funciona y muy bien alzándose como una verdadera joya. Como una maravilla que conquistará los corazones del público.

Denominada "thriller erótico homosexual" y tan aclamada como polémica, El desconocido del lago ha triunfado en el Festival de Sevilla ganando el Giraldillo de Oro. Antes de comenzar mi comentario, y para evitar polémica o insultos, doy fe de mi respeto hacia todo tipo de orientaciones sexuales.



En su mayoría, la película resulta un estudio sobre como la pasión puede desembocar en amor y al mismo tiempo destrozarlo. Partiendo de una interesante y muy valiente idea teniendo en cuenta la situación de las personas homosexuales en Francia cuando el filme se estrenó en Cannes, la obra se convierte en un estandarte que busca defender la necesidad de romper y acabar con los tabúes tanto sociales como cinematográficos generados por los prejuicios de ciertos grupos hacia ésta orientación. Su visión naturalista de las relaciones sexuales es perfecta para plasmar la metáfora que Guiraudie quiere trasladar a través de los cánones de un thriller hitchcockiano. Resulta interesante observar como el cine francés ha mostrado su lado más implicita- y explicitamente reivindicativo con dos filmes tan arriesgados como La Vida de Adèle y éste que nos ocupa.

En El desconocido del lago la repetición de recursos y secuencias impactantes acaba por conseguir que el efecto impactante del filme se transforme en lo contrario y convierta la película en un ejercicio ciertamente anodino. Mientras que la muy explícita primera escena de sexo resulto completamente increíble y hacía prever una obra valiente y novedosa, las consecutivas convirtieron éste apetecible producto en algo repetitivo y tedioso. La estructura de la película funciona como un bucle: los personajes interactúan, hablan, y a continuación tienen sexo en escenas propias  de un filme pornográfico. La maravillosa idea que plantea se va diluyendo alrededor de un marcado aunque no rimbombante estilo y de una necesidad también marcada de generar polémica. No consigue profundizar en la materia que trata dejándola como mera excusa para desarrollar las demás incómodas escenas. Finalmente una buena idea se diluye en otras interesantes ideas visuales que se basan en el tratamiento explícito del sexo homosexual mediante escenas sin justificación narrativa.

redactor enviado al SEFF 2013 | Sevilla

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